No han comenzado bien las cosas para el Ciudad Real en la final de la Champions League, fueron derrotados en la ida por el Kiel en el Quijote Arena por 27-29 y se complican muchísimo las opciones de ser campeones de la Champions para los manchegos, que deberán ganar el próximo domingo en Alemania por tres goles(dos si pasan de 29 goles). El equipo de Talant aguantó el rápido juego alemán como pudo, jugando algunas veces con Pajovic en ataque para evitar un cambio, y si bien no fueron capaces de frenarlo sí que pudieron minimizar bastante el festival de goles con el que suelen terminar los germanos sus partidos. La magistral actuación de Arpad Sterbik tuvo bastante culpa de ello. Esta vez, y por extraño que parezca, los problemas del Ciudad Real estuvieron en su juego ofensivo. En pocos momentos del encuentro estuvieron realmente cómodos en ataque, pero al inicio de la segunda parte parecía que el Ciudad Real iba a ser capaz de despegarse en el marcador y así lograr una buen renta para afrontar el partido de vuelta, pero fue un espejismo. En el tramo final del encuentro al ataque manchego carecía de ideas, y con Rutenka lesionado las individualidades tampoco les sacaban del apuro, o mejor dicho, no eran suficientes incluso para poder ganar el partido. Se volvió a ver al Ciudad Real de Hamburgo, sin ideas, con un ataque espeso y sin determinación por parte de algunos jugadores, y eso ante el Kiel(y ante un Omeyer entonado) se termina pagando. Todo lo contrario sucedía en la otra parte de la pista donde Karabatic fue más líder que nunca y sentenciaba el partido ataque tras ataque sin que los manchegos pudiesen hacer nada. Mal pintan las cosas en esta final, y más con los problemas físicos de gran parte de la plantilla del Ciudad Real. La próxima cita el domingo a las 18:00.