Si hay algo claro en cualquier competición deportiva que se desarrolla vía sorteo es que no es justa, o mejor dicho, que no es coherente con el tópico de cuanto mejor lo hagas más ventajas tendrás en el futuro que se suele vender. Un buen ejemplo lo podemos encontrar en el Cuatro Rayas Valladolid que tras quedar segundo de grupo en la primera fase de Champions League se juega el pase a cuartos con el HSV Hamburgo, uno de los grandes favoritos al título. Ni unos octavos de final con sorteo puro y duro como hasta hace dos temporadas ni el sorteo condicionado actual(1º contra 4º y 2º contra 3º) permiten que la fase inicial de grupos tenga el valor que se le presupone para los equipos de nivel medio-bajo. El sistema sigue permitiendo fallos/despistes/descansos a los favoritos a sabiendas de que incluso en el peor de los casos tienen una eliminatoria para demostrar su sobrado potencial y seguir adelante. Tampoco hay que engañarse, la base de competición es precisamente que el campeón es el equipo que gana a todos sus rivales en el cara a cara, pero por el camino penalizas el sobreesfuerzo de equipos de menor potencial que obtienen un premio bastante engañoso. De poco te sirve quedar segundo de grupo y tener el factor cancha a favor si te vas a enfrentar a un equipo que cuatriplica tu presupuesto y sabe que puede especular en la primera fase o permitirse fallos porque en cualquier posible cruce va a ser favorito. Por contra el equipo medio es el que tiene que ir al 100% acusando el esfuerzo en la competición doméstica para lograr grandes resultados que les permitan tener una ventaja... que no suele ser tal. El factor suerte es fundamental en cualquier sorteo y puede propiciar que un grupo de la primera fase tenga a tres de los cinco mejores equipos de Europa probablemente, Kiel, Barcelona y Rhein-Neckar Löwen o que haya grupos relativamente asequibles como el del Cuatro Rayas Valladolid precisamente, pero a la hora de la verdad los resultados del sorteo puro y el sorteo condicionado son similares y poco han cambiado la situación de la competición pese a los esfuerzos de la EHF. Solo los primeros de grupo tienen cierta ventaja al lograr la ventaja de campo hasta la Final Four. Este problema no es exclusivo de la Champions League ni del balonmano, hemos visto a lo largo de los años en el baloncesto por ejemplo cómo puedes terminar primero en la fase de grupos de uno Juegos Olímpicos y jugar los octavos con USA, como terminar 1º en la fase regular apenas te reporta ventajas en una eliminatoria a 3 partidos ante el octavo etc. Quién gana todos sus partidos y a todos sus rivales es el justo campeón, pero por el medio quedan muchos esfuerzos sin recompensar pese a que se presuma de ello con las nuevas reglas etc.